“Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y arrojó su manto sobre él. Entonces Eliseo dejó sus bueyes y corrió tras Elías. —Permítame usted despedirme de mi padre y de mi madre con un beso
—dijo él—, y luego lo seguiré. —Anda, ve —respondió Elías—. Yo no te lo voy a impedir. Eliseo lo dejó y regresó. Tomó su yunta de bueyes y los sacrificó.

Quemando la madera de la yunta, asó la carne y se la dio al pueblo, y ellos comieron. Luego partió para seguir a Elías y se puso a su servicio”. (1 Reyes
19:19-21). Dios está llamando a jóvenes Eliseos a entregar un año de sus vidas a la oración y el ayuno. ¿Ha arrojado algún padre espiritual este manto sobre ti? Corre con él; ora junto, ayuna y acompáñalo en los viajes. Los mantos se transfieren: Frank Bartleman estuvo en trabajo de parto durante un año, y ardió, e hizo nacer el avivamiento que luego se llamó: ‘de la calle Azusa”. Un año, y los resultados son geométricos; diez años de errores evitados y del comienzo de una amistad con Dios.

Oración intercesora
“Dios, siento tu ardiente llamado. ¡Digo sí! Pido la unción para orar y ayunar en el nombre de Jesús. Dios, dame el manto de mis padres espirituales, de Bartleman y de Elías. Me entrego a un tiempo en que mi corazón pueda arder sin freno. Dame un año lleno de encuentros contigo, un año de remolino que me sacuda para siempre en el nombre de Jesús.”